jueves, 6 de mayo de 2010

Actualidad y pertinencia del programa de matemáticas de secundaria en el marco internacional.

Mediante el estudio de las matemáticas en la educación básica se busca que los niños y jóvenes desarrollen:
 Una forma de pensamiento que les permita interpretar y comunicar matemáticamente situaciones que se presentan en diversos entornos socioculturales.
 Técnicas adecuadas para reconocer, plantear y resolver problemas.
 Una actitud positiva hacia el estudio de esta disciplina y de colaboración y crítica, tanto en el ámbito social y cultural en que se desempeñen como en otros diferentes.

Para lograr lo anterior, la escuela deberá brindar las condiciones que garanticen una actividad matemática autónoma y flexible, esto es, deberá propiciar un ambiente en el que los alumnos formulen y validen conjeturas, se planteen preguntas, utilicen procedimientos propios y adquieran las herramientas y los conocimientos matemáticos socialmente establecidos, a la vez que comunican, analizan e interpretan ideas y procedimientos de resolución.

La actitud positiva hacia las matemáticas consiste en despertar y desarrollar en los alumnos la curiosidad y el interés por emprender procesos de búsqueda para resolver problemas, la creatividad para formular conjeturas, la flexibilidad para utilizar distintos recursos y la autonomía intelectual para enfrentarse a situaciones desconocidas; asimismo, consiste en asumir una postura de confianza en su capacidad de aprender.

La participación colaborativa y crítica resultará de la organización de actividades escolares colectivas en las que se requiera que los alumnos formulen, comuniquen, argumenten y muestren la validez de enunciados matemáticos, poniendo en práctica tanto las reglas matemáticas como las reglas sociales del debate, que los lleven a tomar las decisiones pertinentes en cada situación, sin embargo situación muy diferente sucede en la realidad, cómo bien lo dice en su fundamentación: “como en cualquier país del mundo, hay una diferencia más o menos grande entre el currículo propuesto y el real, es decir, el que desarrolla el profesor en el salón de clases”.

Dicho de otra manera, los programas de estudio, por muy bien construidos que estén, no resultan suficientes para mejorar la práctica docente. Si bien es cierto esto no es suficiente se requiere de estrategias fundamentadas y contextualizadas que ayuden al alumno a lograr los aprendizajes esperados y más aún que el docente posea la profesionalización adecuada y pertinente, así como la parte administrativa ejecutar una digna gestión en sus diferentes ámbitos para poder tener una escuela efectiva donde se trabaje por la calidad en la educación y que no únicamente se vea en la disciplina de matemáticas, porque recordemos que el enfoque por competencias no busca la unidisciplinariedad o la unidimensionalidad, sino por el contrario busca la multidiciplinariedad, por ello en su plan de estudios recomienda la vinculación de una asignatura a otra, la articulación de un nivel educativo a otro y el trabajo con temas transversales.

Este enfoque nos lleva a nosotros docentes a cambiar paradigmas de enseñanza y por supuesto inicia con despertar la conciencia de realizar una reflexión y una evaluación de nuestra práctica docente, buscando mejorar los procesos tanto de enseñanza como de aprendizaje y con ello las formas de organizar el día escolar; es decir de planear en base a dicha evaluación de la práctica docente que arrojará las fortalezas y debilidades en el propiciar los aprendizajes en los estudiantes.

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